Mi amor, me ha dado por pensar que todas las miradas están detrás de tus miradas, y que todas las caricias están detrás de tus caricias. Y es que estoy tan sumida en tus recuerdos, que hasta olvido arreglarme y peinarme en las mañanas si no están tus miradas.
Qué pasará conmigo, la gente conocida se pregunta asombrada, y es que ignoran lo maravilloso que son tus ojos negros a la luz tenue de tu lámpara.
Cuando noche tras noche, escondida de todos, me refugio en tus sabanas.
Es tu cuerpo, ese templo donde le rezo a Dios arrodillada, justo debajo de tu cintura amada.
Que saben ellos de todas las estrellas que vienen a visitarnos, cuando con esos brazos de titán poderoso me aprietas y me calmas, todas mis ganas locas de morderte hasta el alma...
Oh mi amor estoy enloqueciendo, el día es tan largo e insoportablemente amargo. No veo las santas horas de que sea la noche para morir contigo, con este amor prohibido, pero tan bendecido.
Me ha dado por pensar, que todas las caricias están detrás de tus caricias y que todos los besos están detrás de tus besos. Y es tanta mi obsesión, que hasta olvido bañarme por no borrar de mí, tus húmedas huellas.
Me estoy volviendo loca y es por ti vida mía...
Que hasta he olvidado el miedo de saber que tú no seas mío… Que voy a hacer amor, será que exista cura a esta rabia de ti...
Pero ya nada importa, si me llevan, si me arrastran, si me encierran, si muero. Lo único que importa es el vals violento de tus caderas, y las huellas de mis uñas en tu espalda... mátame amor... no dudes, pero nunca te vayas.
Colaboración de Susana Salgado
Cuba
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